Gran lío se armó
en la seccional 21de la localidad el pinar,
cuando comenzaron a llegar padres,
tíos y abuelos de algunos estudiantes del liceo.
Los agentes iniciaron
la investigación correspondiente:
profesores y estudiantes involucrados,
en el lugar de los hechos, pero
no lograban comprender qué había ocurrido en el Salón 1 y el grado de responsabilidad de los
docentes: Prof. Roxana Romero y Prof.
Alejandro Montero. Los relatos sorprendieron tanto a los agentes que
decidieron citar a todos los estudiantes que concurrieron ese día al Seminario
Artístico en el horario de 19:00 a 21:30 horas.
A continuación se
transcriben las declaraciones de cada uno de ellos:
Lucía
Vicente: “Bueno, yo entré a la clase que estaba todo apagado y
a los segundos empecé a escuchar ruidos,
golpes de sillas, de
paredes. Me asusté bastante porque a
veces parecían ruidos que venían de adentro.
También por un momento sentí paz,
pero con ruidos de fondo, como
que venían de otras clase”
Joselin
Pérez: “Cuando entré vi todo apagado y me entró un escalofrío
tremendo. Me senté en tres sillas. Cada vez que me sentaba en una escuchaba un
ruido diferente, Me paré al lado del pizarrón esperando qué el profe entrara y
nunca llegaba. Me senté en una silla y
el profe entró de repente y me
asusté. Casi me caigo ...fue un susto
muy feo”
Moisés :”Se
prendió una luz en la pared y sentía como a que arrastraban sillas y un tacho.
Pensé que por la ventana iba a aparecer algo o alguien”.
Valentina
Rodríguez:”Bueno lo que yo sentí fue al entrar y sentarme que se sentían
ruidos, golpes y se movía el perchero.
La verdad no pasaban más los minutos”.
Iván Avarez: “Bue yo la verdad que no senti nada
interesante. Me aburrí un poco nada más”
Paula Laguna: “Antes de entrar sentía miedo. Lo único que sentí distinto a cuando no están
los compañeros en clase fue mucho silencio y paz. Esperaba escuchar ruidos extraños o ver algo
por la ventana”.
Ardua era la tarea
que le esperaba a los investigadores, quienes comenzaron a rastrear pistas de
todas las maneras posibles: examinaron
detenidamente el lugar del incidente,
entrevistaron al personal del liceo y a todo el alumnado, a vecinos del barrio y a familiares y
amigos. Todos eran testigos “con
posibilidades”. En fin, cuando estaban por suspender la búsqueda, observaron a un hombre de lentes oscuros que
los observaba detenidamente. El hombre
en cuestión les dio una pista absolutamente asombrosa: “tienen que hablar con el viejo Chamull, él sabe”.
¿Dónde vive? Preguntó el inspector Julio López. “Sigan la luz”,dijo el hombre mientras
señalaba con el dedo el camino a
seguir.
Allá fue el
inspector López, pipa en mano, acompañado por el agente Centurión, termo en mano.
-
Vamo che. ¿Te
voy cebo uno? - preguntó con interés.
-
Gracias ... tenemos mucho trabajo para hacer.
Por increíble que
parezca, los policías dudaban que
aquella luz los pudiera llevar al causante de todos los disturbios. Cuando más andaban, más grande era la claridad. ¿cómo eso era posible? Y de pronto un cartel luminoso que decía
“Bienvenidos”.
Ambos se bajaron
rapidamente – luego de tomarse unos buenos mates – para conocer al viejo
Chamull. Su nombre es indio y viene de
“chamullo - el que habla al santo botón”,
hombre muy importante en la historia por tratarse del precursor del
actual “político”.
De pronto
escucharon un murmullo y una voz profunda que decía “avanti miliquis”. Los
agentes entraron en la extraña casa, hecha
de barro y con forma circular.
Guau, pensaron, parece un nido de
hornero, qué cool!
Rápidamente
informaron al anciano sobre los acontecimientos ocurrido. No se preocupen, les dijo,
yo tengo la solución. Y fue así
que entraron a una habitación en tinieblas.
No se veía nada po r el vapor que salía.
Escucharon atentamente, muy
atentamente y de pronto se escucha un “shhhhh” y el anciano aparece subiéndose los
pantalones. “Bueno, dijo,
tenía ganas de hacer pipi”.
El hombre los hace
pasar a otra habitación y los invita a sentarse. Ahí les dice:
“ahora, a bailar” Y se escucha:
“quiero mover el bote, quiero
mover el bote, te gusta, mueve”.
“Vamos- decia re copado el viejo – vamos pibes”. De repente cambiaba la coreo y grita: “en ronda,
aura” y bailaban haciendo una rondita los tres. Cuando no puede más, se sienta y muy solemne
les comienza a contar:
“El liceo Pinar 2
se construyó sobre un antiguo cementerio que en la época precolombina
utilizaban los indígenas para enterrar los cadáveres de sus seres
queridos. Las mascotas se enterraron en
donde hoy está la comisaría. Les
digo, por las dudas.
Cuenta la leyenda que un viejo cacique fue enterrado vivo por
error que coincide justamente con el 30 de agosto de 1583. Aclaro algo:
este cacique hacía hipnosis y se dedicaba a meditar. De ahí el dicho: “si te dormiste, fuiste”. Je je. Hasta que el cacique no descanse en paz, esto va a seguir ocurriendo”.
Para resolver el
tema llamaron a la medium Gabriela Fernández
reconocida mundialmente por su conexión con el más acá a través del
manejo de diferentes instrumentos musicales mitófonos. La misma era conocida como la loca del chifle
y utilizaba dos barajas como si fuera una amarilla y una roja. Así lograba expulsar a los espíritu tocando
su pito.
Fue convocada por la FIFA (federación
internacional de fantasmas anónimos) para bajar la pelota al piso en todo este
asunto. Esta pitonisa requirió al monje
grafista de los pelos lacios, ex modelo
de Giordano después de haberse caído el pelo para darle color a esta historia.
-
Esto ta re complicao – dijo la pitonisa y el oficial
Centurión con cara de asombro respondió:
-
¿Por qué?